El rojo es un color
caliente que simboliza la fuerza, la energía, el fuego, la pasión.
No es de extrañar que Marilyn Vance, la estilista de “Pretty
Woman” eligiera el rojo para vestir a la protagonista de la
película, Vivien, una prostituta que acaba enamorándose de Edward,
su cliente más selecto.
Cuando Vivien conoce a
Edward, nada le hace pensar que su vida dará un vuelco y entre otras
cosas, acabará vistiendo con ropa de alta costura. Una
transformación estilística que podríamos resumir en tres etapas.
Al comienzo, a Vivien,
que trabaja en la calle, la conocemos con un microvestido elástico
de dos piezas unidos por una argolla metálica, botas altas de charol
con tacón y un montón de complementos. Cuando ya conoce a Edward y
asiste a un partido de polo, su vestuario ha dado un cambio radical,
acudiendo al acto con un vestido color café con topos blancos y
sombrero y guantes blancos.
Pero la culminación de
Vivien en el mundo del lujo y el buen gusto, llega cuando Edward la
invita a la ópera “La Traviatta”, de similar argumento al de
“Pretty Woman”, dicho sea de paso. Para esta ocasión, Marilyn
Vance, creó un impresionante vestido rojo con el que Julia Roberts
se convirtió en la cenicienta moderna de la década de los noventa.
El vestido, de escote en
uve y tirantes sueltos que dejan al descubierto los hombros, queda
ajustado al cuerpo de Julia, consiguiendo ser el look más
sofisticado de Vivien en toda la película. Lo combina con guantes
bancos largos de seda, una gargantilla de diamantes y rubíes.
Gargantilla, por cierto, valorada en 250.000 dólares y que estaba
constantemente controlada por un guarda de seguridad durante todas
las escenas en la que aparecía.
Un bravo por Marilyn
Vance, que en contra de la opinión del director de “la pelicula
Garry Marshall -quería que el vestido de Vivien fuera negro- vistió
a Julia de rojo pasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario