Una
mujer sexy como ninguna, icono de sensualidad y famosa por su trabajo
como actriz. Así es Norma Jeane Mortenson, más conocida como
Marilyn Monroe. Me niego a utilizar el verbo en pretérito, porque
tanto Marilyn como sus vestidos y sus posados están presentes en día
a día de la moda. Y es por eso que hoy os hablaré del vestido
blanco más famoso del celuloide, el diseñado por William Travilla.
Travilla, nacido en
Catalina en 1920, a los 16 años ya diseñaba para las artistas de
burlesque que se cruzaba todos los días camino del colegio y en 1948
ganó un Oscar por su trabajo en “El burlador de Castilla”.
Marilyn y Travilla se conocieron por primera vez en el rodaje de “Me
siento rejuvenecer”, y a partir de ese momento fueron amantes por
un tiempo y amigos para toda la vida. William se convirtió en el
diseñador oficial de la actriz -la vistió en 8 películas- y ella
nunca sacó pegas a las piezas de Travilla.
Yo destacaría los
siguientes 3 vestidos memorables del tándem Monroe-Travilla: el
satén rosa de palabra de honor que luce en “Los caballeros las
prefieren rubias” cantando el ya mítico “Diamonds are a girl’s
best friend”, el lamé dorado plisado con escote hasta el ombligo
de las mima cinta, y el famosísimo vestido blanco de vuelo de “La
tentación vive arriba”.
Es una escena clásica,
grabada en la retina de much@s. Marilyn pasa por encima de unas rejas
de ventilación y el aire hace volar el vestido mostrándonos las
piernas de la actriz. La creación de Travilla es de color hueso, con
escote halter y una falda plisada de gran caída, idónea para la
escena del vuelo. Es un vestido vaporoso de verano, sencillo y sin
espalda que ha sido imitado en numerosas ocasiones. Sin embargo, el
resultado nada tiene que ver con la sugerente escena de Marilyn…
Si no conocéis la
escena, o simplemente queréis recordarla echad un vistazo al vídeo
en el que además veréis el vestido con más detalle.
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