Si tuviera que personificar, todo en uno, la inocencia,
la elegancia, la picardía y el saber estar, esa persona sería sin
duda Audrey Hepburn. Me chifla verla en películas como “Sabrina”
o “Charada”. Pero la que más ha marcado el mundo de la moda con
un delicioso Little Black Dress
que seguro much@s conocéis, ha sido “Desayuno con diamantes”.
Tod@s l@s que la hayan visto recordarán la escena que con la que se da inicio el film: una elegante Holly Golightly sale de un taxi para pasearse por la Quinta Avenida de Nueva York y contemplar el escaparate de la joyería Tiffany & Co. mientras desayuna un café y un croissant. Y cuando digo elegante, lo digo con todas las de la ley, porque el diseñador Hubert de Givenchy se encargó perfectamente de que así fuera.
La pieza principal del look que Audrey viste es el
llamado “Le Petite Robe Noir”, un vestido de noche sin mangas en
satén negro azabache con falda de tubo hasta los pies y abertura
lateral, con escote alto y redondeado en la parte delantera y otro en
la espalda a modo de collar dejando al descubierto los homóplatos.
El outfit se complementa con un chal blanco de seda, un
collar de perlas y brillantes, unos guantes largos negros de satén,
unas gafas de sol oscuras y una tiara de diamantes adornando un moño
que ahora está tan de moda.
Existen tres versiones de este vestido con el fin de preservarlo en las mejores condiciones al final del rodaje. El original, utilizado por Audrey, se encuentra en el Museo del Traje de Madrid y fue donado por el propio Givenchy. La segunda versión pertenece a la colección privada del diseñador, y la tercera se subastó en Christie’s en 2006 por valor de unos 750.000 euros.
50 años después,
Audrey y sus looks de película siguen siendo un icono de glamour en
la actualidad.
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