lunes, 13 de mayo de 2013

Los zapatos rubí de Dorothy


  
Hollywood, situado al sur de California, es el centro real y simbólico de la industria cinematográfica. Donde lo cotidiano se transforma en extraordinario y lo mundano gira en torno a leyendas que reflejan sueños colectivos. Los zapatos rubí de “El Mago de Oz” son un ejemplo más de la forma en la que el cine de Hollywood de 1930 refleja esos sueños colectivos.



“El Mago de Oz” es la adaptación de un cuento de hadas de L. Frank Baum y cuenta la historia de Dorothy, una chica de campo que es llevada lejos de su Kansas natal por un ciclon, al extraño y fantástico reino de Oz. En el libro de Baum el calzado mágico de Dorothy consiste en un par de zapatos de plata, y en un guiño a los vívidos colores del nuevo proceso Tecnicolor, el guionista Noel Langley los cambió por los zapatos rubí.



El modisto de la MGM, Adrian Gilbert, comenzó a dibujar sus diseños de vestuario para los personajes fantásticos, incluidos los de Dorothy y sus encantados zapatos. Se hicieron varias pruebas para la creación de éstos. Una de ellas consistía en fabricar unos zapatos de cuero y rociarlos con una pintura brillante con aspecto de charol, pero resultaron visiblemente planos en la película Tecnicolor.

Finalmente, como resultado de muchos experimentos, Gilbert creó el zapato definitivo. Para ello se utilizó seda manufacturada teñida de rojo. Se le cosieron filas de 2.300 lentejuelas color carmesí y la tela fue cosida el zapato. Cuando se filmó bajo las intensas luces que requería el Tecnicolor, apareció un color rubí brillante en la pantalla.



Dos semanas antes del rodaje, Adrian le dio un toque final a los zapatos, añadiendo unos lazos de cuero rojo en forma de mariposa, decorados con diamantes de imitación de color rojo y abalorios de disfraz. El coste de hacer un par de zapatos de rubí se estimó en 15.000 dólares.


Se especula que se hicieron seis o siete pares de zapatos con el diseño final para el rodaje, a medida que surgía la necesidad. Hoy en día, están en manos de coleccionistas y vendidos en subastas. 



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